Señor, mi queja es ésta,
Tú me comprenderás;
De amor me estoy muriendo,
Pero no puedo amar.
Persigo lo perfecto
En mí y en los demás,
Persigo lo perfecto
Para poder amar.
Señor, mi queja es ésta,
Tú me comprenderás;
De amor me estoy muriendo,
Pero no puedo amar.
Persigo lo perfecto
En mí y en los demás,
Persigo lo perfecto
Para poder amar.
Hola, queridos lectores, hoy venimos con un pequeño juego. A continuación les dejaremos un fragmento de alguna pieza famosa, su trabajo es dejar en los comentarios de dónde proviene ese texto o quién creen que lo escribió ¡Comencemos!
«Donde hallaréis un sauce que crece a las orillas de ese arroyo, repitiendo en las ondas cristalinas la imagen de sus hojas pálidas. Allí se encaminó, ridículamente coronada de ranúnculos, ortigas, margaritas y luengas flores purpúreas, que entre los sencillos labradores se reconocen bajo una denominación grosera, y las modestas doncellas llaman, dedos de muerto. Llegada que fue, se quitó la guirnalda, y queriendo subir a suspenderla de los pendientes ramos; se troncha un vástago envidioso, y caen al torrente fatal, ella y todos sus adornos rústicos. Las ropas huecas y extendidas la llevaron un rato sobre las aguas, semejante a una sirena, y en tanto iba cantando pedazos de tonadas antiguas, como ignorante de su desgracia, o como criada y nacida en aquel elemento. Pero no era posible que así durarse por mucho espacio. Las vestiduras, pesadas ya con el agua que absorbían la arrebataron a la infeliz; interrumpiendo su canto dulcísimo, la muerte, llena de angustias.»
Esperamos su respuesta.
PISTA: Es el monólogo de una reina.
¡Qué tengan un día hermoso!
Lu&Fu
Imagen: pintura de John Everett Millais
Mensaje de esperanza para mi desespero;
«déjalo ser» nos dice la madre de Paul a través de un sueño,
¡ojalá yo pudiera soñar como este genio!
pero me conformo con escuchar sus melodías,
Por las ramas del laurel
vi dos palomas oscuras.
La una era el sol,
la otra la luna.
«Vecinita», les dije,
«¿dónde está mi sepultura?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra por la cintura
vi dos águilas de nieve
y una muchacha desnuda.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
«Aguilitas», les dije,
«¿dónde está mi sepultura?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Por las ramas del laurel
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna
Frente en alto y corazón valiente
¡Gloria al bravo pueblo grita toda mi gente!
Manos arriba que la esperanza acaba de renacer
Se abren nuevos caminos; no tenemos tiempo que perder.
La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
Ahora quiero amar algo lejano…
Algún hombre divino
Que sea como un ave por lo dulce,
Que haya habido mujeres infinitas
Y sepa de otras tierras, y florezca
La palabra en sus labios, perfumada:
Suerte de selva virgen bajo el viento…
No, no fue tan efímera la historia
de nuestro amor: entre los folios tersos
del libro virginal de tu memoria,
como pétalo azul está la gloria
doliente, noble y casta de mis versos.
No puedes olvidarme: te condeno
a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido
lo más alto en tu vida, lo más bueno;
y sólo entre los légamos y el cieno
surge el pálido loto del olvido.
«A un cruzado caballero,
garrido y noble garzón,
en el palenque guerrero
le clavaron un acero
tan cerca del corazón,
que el físico al contemplarle,
tras verle y examinarle,
dijo: «Quedará sin vida
si se pretende sacarle
el venablo de la herida».
A quien pueda interesar:
No pretendo que esto sea una carta de amor o una prosa con sentido y estructura, así que solo diré que te detesto.
Detesto ese amargo sabor en mis labios cada vez que pronuncio tu nombre, ese terrible latido que explota mi corazón cada vez que te veo, que te siento cerca o que patéticamente te confundo y pienso haber visto tu silueta pasar.
Ayer me di cuenta de que no puedo jugar contigo, porque ¿a quién voy a engañar? sería tu juego no el mío. Por eso poco a poco voy entendiendo que no puedo seguir tu ritmo sin quedarme atascada y no puedo lanzar un fósforo sin luego apagar su llama