Yo ya era nube en el cielo cuando cayó el atardecer, a mí la oscuridad nunca me dio miedo,
esperaba sin inmutarme la aparición de los astros para dejarme guiar por ellos en un cielo poblado de historias,
un firmamento poblado de mitos que surgieron cuando mi presencia era tan solo polvo de estrellas.
Nado en lo cósmico y me convierto en ello,